Daniel 3:28-30

¿Ha experimentado algún milagro alguna vez? ¿Que impacto tuvo esto en su vida?

Daniel 3:28-30

"Entonces Nabucodonosor dijo: Bendito sea el Dios de ellos, de Sadrac, Mesac y Abed-nego, que envió su ángel y libró a sus siervos que confiaron en él, y que no cumplieron el edicto del rey, y entregaron sus cuerpos antes que servir y adorar a otro dios que su Dios. Por lo tanto, decreto que todo pueblo, nación o lengua que dijere blasfemia contra el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, sea descuartizado, y su casa convertida en muladar; por cuanto no hay dios que pueda librar como éste"

"Entonces el rey engrandeció a Sadrac, Mesac y Abed-nego en la provincia de Babilonia"


Si usted comparó la traducción de Reina-Valera con el arameo original, habrá constatado que la versión al español es muy buena. "Blasfemia" (griego "blasfemía", arameo "shalá", hebreo "neatsá") significa "algo impropio", "algo incorrecto". Es una palabra con un sentido muy amplio, que abarca toda expresión en que se desprecien o se ofendan la Majestad de Dios y Su Santidad. La relación con Dios debía ser de respeto reverente y adoración ("temor de Dios") y prácticamente cualquier desviación de esta conducta era "blasfema", como también las declaraciones de fe erradas (Nuestro Señor fue acusado de blasfemia por decir que era el Mesías, lo cual hubiera sido realmente blasfemo si hubiese sido mentira)

La prohibición de Nabucodonosor de blasfemar al Dios de Israel era un paso en el cumplimiento del plan de Dios para que a los judíos se les permitiese regresar a edificar Jerusalén. En Daniel 2:48-49; 3:28-30; 4:1-3; 5:11-12; 5:29; 6:26-27 se muestra cómo Dios dio testimonio de sí mismo a los reyes babilonios y persas con el fin de que Su plan para con los judíos fuera cumplido por ellos, esto es, que "temieran" al Dios de Israel. El Señor no enviaría plagas a Persia como hizo con Faraón en el libro de Éxodo, sino que pondría en el espíritu de los reyes persas su propósito para con Israel. Observe cómo Nabucodonosor pasó de enemigo de los judíos, que los quería incinerar vivos, a su protector, que los promovió en sus funciones. Esta transformación total fue el resultado del milagro que Dios obró.

Volviendo a la pregunta inicial, ¿ha experimentado algún milagro?

Quizá sea útil que repasemos la definición bíblica para saber esto. A menudo sucede que ocurre un milagro y no lo vemos así, sino que creemos que es "casualidad". ¿Qué dice la Escritura acerca de los milagros?

Hay dos formas diferentes de usar esta palabra (y sus sinónimos, "señales", "prodigios" o "maravillas") La primera se refiere a todo acto divino; siendo Dios el Soberano que gobierna todo el universo, lo que ocurre es Su voluntad, y por tanto, un milagro o intervención de Dios. Así ven los profetas las lluvias, las estaciones y las tormentas (lea Job 5:9-16, Job 37:5-18; Salmos 107:32-31) La creación misma, tanto en principio (Salmos 93:3-5, Salmos 136:1-9) como la que sigue sucediendo - las cosechas que se recogen en los campos, o los niños formados en el vientre de sus madres - son "milagros" o "maravillas" también (Salmos 65, Salmos 139:14-16)

Observe Romanos 1:20:

"Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa"

El apóstol Pablo argumenta en el capítulo el por qué los gentiles se han apartado de Dios, cuando en realidad no debieron hacerlo. En la actualidad hay un enfrentamiento entre fe y ciencia (que hemos tratado en este sitio bajo Daniel 2:1-2) el cual para muchos es resultado de que "la ciencia ha aumentado" como fue profetizado en la Palabra de Dios. Pero esto no es nada nuevo. Ya en los tiempos del Imperio Romano, cuando la ciencia era "recién nacida", había esta actitud en los no creyentes, y había creyentes que estudiaban la naturaleza y sus leyes, y ateos que estudiaban la naturaleza y sus leyes. Por eso ya desde aquellos tiempos fue escrito este verso, en un pasaje que habla de que la misma creación, con sus mismas leyes naturales, el mismo "diseño" y "funcionamiento" que se observa en el  mundo, debiera ser testimonio a los hombres de la mano de Dios. Pero ellos "no lo reconocieron", no todos.

La segunda definición de "milagro" es la que todas las personas, creyentes o no, profetas o no, califican como tal. Es cuando Dios obra haciendo algo "sobrenatural", algo que "va en contra" de las leyes naturales. En Éxodo 4:1-9 vemos cómo el Señor muestra a Moisés que va a intervenir en maneras sobrenaturales para que Faraón vea que es Dios quien está llamando a su pueblo mediante el profeta. Un trozo de madera no se convierte en serpiente de modo "natural", una lepra no aparece de repente por meter la mano en la túnica, y el agua no se transforma en sangre "naturalmente". Viendo estas cosas los egipcios reconocerían el poder sobrenatural del Dios de Israel.

Algunos otros milagros en esta segunda definición incluyen el nacimiento virginal del Señor (Mateo 1:18, 25; cf. Isaías 7:14) la supervivencia del profeta Jonás en el vientre de un pez (tipo de la resurrección del Señor, Mateo 12:39-40) y las señales que acompañaron la predicación del evangelio desde sus comienzos, profetizadas por Nuestro Señor Jesucristo (Marcos 16:17-18)

Así como la creación misma con sus "leyes naturales" debiera ser testimonio de la mano de Dios, los milagros que ocurren en contra de estas leyes tienen también la misma función, esto es, que las personas crean. Así como los egipcios creerían por ver milagros y señales de mano de Moisés, los oyentes del evangelio creerían al ver hablar nuevas lenguas, salir demonios de las personas y sanarse los enfermos. El temor de los fariseos, y el gozo de los creyentes, era que la predicación de Nuestro Señor no era sólo de palabras, sino que iba acompañada de señales milagrosas por las cuales tanto el pueblo como los doctores de la ley veían en Él la mano de Dios (Nicodemo le dijo que nadie podría hacer estas obras si Dios no estuviera con él, y sus enemigos en el Sanedrín estaban preocupados por causa de las "señales que Él hacia")

Una de las formas de conocer la pureza del oro o la plata es a través de la "piedra de toque", un trozo de piedra muy dura en el cual los metales dejan una huella al ser frotados, y esta huella se trata con reactivos químicos para comprobar, según su cambio de color, el porciento de pureza del metal en cuestión.

Tanto la Palabra como los milagros son piedras de toque para los creyentes o los impíos, para probar la fe. Cuando Juan el Bautista, encarcelado y próximo a ser ejecutado, experimentó dudas acerca del mesiazgo del Señor Jesucristo, envió discípulos a preguntarle para recibir una confirmación. La respuesta del Señor fue que las señales que Él había hecho en el poder del Espíritu Santo eran el testimonio de Su ministerio (vea Mateo 11:2-6) Observe además el siguiente pasaje (Juan 9:30-33) :

"Respondió el hombre, y les dijo: "Pues esto es lo maravilloso, que vosotros no sepáis de dónde sea, y a mí me abrió los ojos. Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye. Desde el principio no se ha oído decir que alguno abriese los ojos a uno que nació ciego. Si éste no viniera de Dios, nada podría hacer"

 Estas son las palabras de un ciego de nacimiento que fue milagrosamente sanado por el Señor Jesucristo, y defendía al Señor ante los fariseos, que querían convencerlo de que el Señor era un pecador. El ex-ciego, un hombre sin instrucción ni letras, predicaba a aquellos doctores de la ley acerca de Dios, con una lógica total e irrebatible: "yo creo en Él porque Él me sanó"; "si fuera un pecador, Dios no le daría el poder de dar vista a los ciegos"

La iglesia que nació en Pentecostés no sólo predicaba la Palabra para salvar las almas de los hombres - lo cual es en sí un milagro - sino que sanaba a los enfermos, echaba fuera demonios y hacía otras señales sobrenaturales que confirmaban el poder de Dios a los que recibían el mensaje. Una lectura cuidadosa del libro de los Hechos de los Apóstoles le mostrará muchos ejemplos.

Desafortunadamente, la "piedra de toque" no revela tan sólo a los que tienen 100% de fe, sino también a los que tienen 0 %. Faraón vio a Egipto acosado por plagas que, aunque pudieran ser referidas a una causa natural en su mayor parte, tenían ciertas cualidades milagrosas: venían sobre el país cuando Moisés lo profetizaba, y atacaban sólo a los egipcios, y no a los hebreos. Aún así, endureció su corazón y no dejó salir a los hebreos de Egipto hasta la muerte de su hijo primogénito (y todavía los persiguió después) Nabucodonosor, que en este capítulo exalta al Dios de Israel, en el próximo cae en pecados de orgullo y jactancia, ignorando la profecía y el consejo de Daniel. El criado del profeta Eliseo, que vio a su señor sanar de la lepra a Naamán el sirio, salió a buscar una recompensa de éste en rebelión contra la voluntad del profeta - y la lepra se le pegó a él por su pecado. Los sacerdotes y guardias que fueron a prender al Señor Jesucristo le vieron sanar la oreja de Malco, y aún así se lo llevaron para enjuiciarlo y condenarlo. Los que oyeron a los apóstoles y los demás hermanos que habían estado orando en el aposento alto, y hablando en lenguas diferentes, estaban divididos; una parte oyó el sermón de Pedro y se convirtió, pero otros decían que los hermanos estaban borrachos (¿cuándo fue que el alcohol se convirtió en maestro de idiomas?)

En un mensaje anterior puede leer que para mí este blog es un milagro que el Señor ha hecho en mi vida. Habiendo sido formado como ateo, recibía todo testimonio de hechos sobrenaturales con escepticismo e incredulidad. Considere qué milagro ha tenido que obrar el Dios del cielo en mi espíritu para dar testimonio del milagro de mi salvación, de mi sanidad, y de haber sido usado por Dios para sanar milagrosamente, echar fuera demonios, hablar otras lenguas y predicar el evangelio de Jesucristo, habiendo sido pecador e impío hasta los treinta años.

¿Cree usted que Dios ha hecho algo sobrenatural en su vida?

¿O algo "casi" sobrenatural?

¿O algo que es difícil aceptar como "coincidencia"?

O al menos, ¿cree usted que Dios ha hecho algo en su vida, una intervención de cualquier tipo?

Si su respuesta es "no", déjeme decirle que Dios existe, y que el hecho mismo de que usted está leyendo este escrito es porque Él quiere que todos acepten a Jesucristo y sean salvos, por eso hace que Su Palabra sea predicada por todas las vías posibles. Reciba a Cristo como su Señor y Salvador y obtendrá la nueva vida en Él, el milagro del nuevo nacimiento y de ser usado por Dios, habiendo servido antes al malo.

Si su respuesta es "sí", pero no está dando el testimonio de estos milagros, déjeme decirle que el motivo de que Dios haya obrado milagrosamente en su favor es para darse a conocer a aquellos que andan sin Dios, sin fe y sin esperanza. Comparta lo que Dios ha hecho en su vida, no sea un Faraón, Giezi u otros que, viendo la mano de Dios en acción, se resistieron a cambiar sus vidas. La salvación de Dios nos convierte, o nos debe convertir, en sus instrumentos, para alcanzar a los que se están perdiendo. ¡Dios quiere usarle con poder para hacer retroceder el reino de las tinieblas y extender Su reino! No crea que el Señor se ha olvidado de usted, ni crea que le ha destinado a otra cosa. El llamamiento de Dios y sus dones no son sólo irrevocables, sino también permanentes. Créame, Dios está esperando su arrepentimiento y su disposición a servirle.

Que el Señor le bendiga

En el amor de Cristo, su hermano

Israel Leonard

PS. ¡Cristo viene pronto!

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